miércoles, 27 de junio de 2012

The Awaken, Anexo I

The Awaken, el club secreto de N.O.BL.Y (Neuróticas Obsesivas  del BL y Yaoi)

Siento la tardanza!!! Después de tanto tiempo por fin he vuelto!!! Gracias por esperar chicas >__<
Breve explicación, lo primero es que como ya sabéis tengo algunos caps escritos desde hace tiempo, así que estos anexos serán la misma historia pero desde mi punto de vista, una versión un poco más loca xDD

Así que para que no desesperéis voy a hacer un anexo del fic sobre las aventuras del club clandestino de N.O.BL.Y (le he cambiado el nombre, este me molaba más xD) que por supuesto, también tendrá escenas BL y que no me separaré de la historia principal. ^-^

Capítulo anexo 1 (se situaría después del cap en que se pelean, el tres creo xD)

Narro Yo : D

No hacía mucho tiempo que había llegado a este instituto. Al principio pensé que sería uno de esos colegios de niños pijos que tienen menos neuronas que un pez castrado. Aún así, intenté poner mi mejor cara. Sí, mi antiguo colegio no era precisamente el mejor ejemplo de educación; aunque al menos aprendí a defenderme solita. Por favor, no penséis en mí como una ordinaria ni nada; una de las causas por las que me fui era porque no encajaba allí. Yo, que era gótica, otaku, fujoshi e inteligente (nótese mi ego), aquel no era mi ambiente; eso estaba claro.

Al llegar, lo primero que me encontré fue un panoli con corbata a quién llamaban delegado principal. Lo siento, pero fue lo que pensé; eso y que seguramente sería el perrito faldero de la profe. Aunque luego resulto no ser así. Claro que, para mí, lo más importante era clasificarlo en la familia BL. No tenía pinta de seme en absoluto…  De suke… Puff, como que no. Tenía que ser un uke. Le sonreí sin querer.  Los ukes siempre me parecían tan monos…
Ese fue mi primer encuentro con Nathaniel. ¿Quién me iba a decir que resultaría ser un uke de verdad?

Al poco tiempo ya me había integrado bastante. Yo estaba siempre con Sunset; ella era mi mejor amiga, como un gatito pequeño que me encantaba atesorar (aunque los demás la veían como una tigresa violenta). Conocí a Castiel, a quien me encantaba chinchar muy a menudo, y a Lysandro, con quien compartía no sólo mi gusto por la ropa sino por todo lo demás.
Empezaba a pensar que  tampoco había sido mala idea ir a este instituto.

---

Eran las 14:45 pm cuando salí del aula corriendo para poder llegar a tiempo. De nuevo el profesor de historia se había quedado hablando más tiempo de la cuenta. Tuve que esquivar un par de alumnos despistados y saltar un perro… ¿¡Un perro!? ¿Qué hacía un perro en el colegio?
Me paré en seco. Los caninos eran mi debilidad; me acerqué a él y lo cogí. “Si lo ve la directora seguro que lo echa” pensé. Quién me iba a decir en aquel momento que sería de ella.
La cosa es que me lo llevé conmigo.
Recorrí varios pasillos y, antes de entrar en la última sala, me aseguré de que no hubiese nadie. “Perfecto, todo despejado”.  Sonreí con autosuficiencia y entré.

— ¡NACUUU!  — nada más entrar se me lanzaron encima un conjunto de fanáticas locas, como si estuvieran en un concierto, tirándome al suelo. El perrito que tenia entre los brazos salió disparado dejándome bajo una pila de gente. “Perfecto, ya verás cómo lo pille la directora.”
— ¡AARRGGG! — grité MUY agobiada — ¡Quitaros de encima, joder! ¡Qué soy claustrofóbica!
— ¿Y eso que tiene que ver? — preguntó Gemma mientras me miraba como si hubiese dicho una incoherencia.
— Tiene que ver,  porque no me gusta que invadan mi espacio personal — expliqué sin ningún tipo de criterio en realidad — Bueno, ¿qué os pasa? — si me habían saltado así, algo gordo había ocurrido.
— Castiel está muy raro.  No deja de suspirar y de sacudir la cabeza. Además, rodea todo el colegio para no pasar frente al salón de delegados. — me explicó Iruchi mientras me ayudaba a levantarme.
— ¡¡Sí!! ¿Qué pasó ayer con Nathaniel? ¿Es cierto que se pelearon? — me preguntó Tannya mientras ponía un gesto difícil de analizar; una mezcla entre preocupación y euforia.

Suspiré cansada; más bien asfixiada por haber sido aplastada. Ahora tendría que explicarles lo que había ocurrido entre nuestra querida pareja.
Pero, antes, os debo situar a vosotros. Bien, todas estas locas más algunas más que aún no han aparecido, forman conmigo lo que se conoce como N.O.BL.Y (Neuróticas, Obsesivas del BL y Yaoi) un club clandestino donde nuestra función principal es convertir nuestro instituto en nuestro paraíso del BL y, por qué no, joder siempre que pudiésemos a Ámber. La cosa es que de una manera u otra nos conocimos y fundamos este club. Lo fundé yo, pero bueno, da igual. Ahora mismo teníamos una misión muy importante:  conseguir que Castiel y Nathaniel se liasen y  pruebas de ello.

— Chicas, me parece que nuestro pelirrojo acaba de darse cuenta de sus sentimientos — comencé mi explicación y todas me atendieron sin pestañear  — Ayer estuvieron a punto de pelearse, pero por algún motivo la camiseta de Nathaniel se abrió más de la cuenta y…
— ¡¡¡KYYYAAA!!! — no pude ni terminar cuando comenzaron a chillar.
— A ver, pervertidas, no penséis de más que (desafortunadamente) no pasó nada. Tuvimos que intervenir Sunset y yo — cuando terminé mi explicación todas parecían decepcionadas.
— Pues vaya… Yo que me esperaba un arrebato pasional por parte de Castiel al ver el torso desnudo de Nathaniel… — intervino Kazu haciendo pucheros.
Durante unos segundos todas permanecimos en silencio e imaginamos la escena. Acto seguido, algunas sufrieron una hemorragia nasal. Entre ellas, yo. Nos quedamos un rato en la sala sin hacer nada; sala que habíamos usurpado sin pedir permiso pero estaba abandonada, así que no importaba. Al poco rato llegó Kim mirando de un lado a otro con cara de inocente.

— Oh no… ¿Qué has hecho, Kim? — pregunté mientras intentaba analizarla con la mirada.
— Nada… — Kim se puso a mirar al techo y a balancearse con los pies — Sólo que me he encontrado a Nath y sin querer se ha caído.
— Osea, lo has tirado — intervino Gemma.
— Básicamente, pero lo hice para ganar tiempo. Nuestro delegado viene para acá con unos documentos antiguos para guardar. —  aclaró Kim tan tranquila. A veces me daba la impresión de que no se enteraban de que esto era clandestino.
Me levanté de golpe. Teníamos que esconderlo todo, y de paso escondernos nosotras. ¡No nos podía ver allí!
— ¡Tannya, guarda los fanfics en aquella caja!¡Kim, coge las figuritas y ponlas sobre aquella estantería!¡Kazu, Iruchi, esconded todas las fotos como sea, eso es lo más peligroso! ¡Y, Gemma, ayúdame con estas mangas y Dvds! — me puse a dar órdenes a toda velocidad y conseguimos guardarlo todo en menos de tres minutos (¡Para algo tenían que servir los simulacros que habíamos hecho!) — Ahora, todas al armario. ¡Rápido!

Y, efectivamente, conseguimos escondernos en el armario antes de que Nathaniel llegara.
— ¡Ah! — Gritó medio en susurro Tannya — ¡Eso es mi cara! ¿Por qué tengo un pie en mi cara?!
— Lo siento, es mío. Es que no quepo, estoy sobre unas cajas — explicó Iruchi intentando ponerse derecha.
— No os quejéis, Kim, Kazu y yo estamos más apretujadas que sardinas en lata — explicó Gamma mientras se hacía hueco — ¡Joder, dejadme espacio!
— No podemos, Nacu no nos deja acercarnos a ella — se quejó Kazu.
— Nacu, no puedes ocupar medio armario tú sola. ¿Qué haremos cuando vuelvan Daliana y Natylin? —  Kim me regañaba tratando de conseguir algo más de espacio, pero yo no estaba dispuesta a ceder.
— ¡Qué no! Qué me agobia mucho esto, ya os he dicho que soy claustrofóbica. Además, así os acostumbráis para cuando vuelvan las otras dos. – a pesar de decir aquello, no tenía intención de regalar MI espacio cuando volviesen las otras dos. Estarían aún más apretujadas — Por cierto, ¿dónde diantres están?
— Han ido a recoger unos posters y…  — Tannya paró sus explicaciones y se puso a escupir algo — ¡Iruchi, no me metas el pie en la boca! ¡Qué asco!
— Lo siento, lo siento.  Es que no consigo ponerme derecha — la pobre Iruchi seguía revolviéndose sin conseguir nada. Aunque yo estaba preocupada por las cajas, no quería que tirase ninguna.

De repente, la puerta se abrió y todas nos callamos automáticamente. Nathaniel acababa de llegar con una gran pila de folios. Aquello tenía mala pinta.
Nuestro delegado (uke) favorito se sentó y se puso a organizar los papeles, suspirando y quejándose a cada segundo.  Al parecer, ALGUIEN lo había empujado por las escaleras y se le habían desordenado todos los archivos. Eso sólo quería decir que pasaríamos bastante tiempo en el armario. Todas miraron a Kim, furiosas, pero ésta estaba demasiado ocupada aguantando la risa.
En realidad, esa caída tuvo que ser épica, sin querer acabé aguantando la risa yo también.

Después de MEDIA HORA, al fin Nathaniel se levantó de la silla. Pero, en vez de dirigirse hacia la puerta, se dirigió hacia el armario. Sí, donde estábamos nosotras.
“¡Mierda, mierda, mierda!” ¿Cómo le explicaba yo aquello? Seis personas metidas en un armario de una sala donde supuestamente no se podía entrar y, encima, intentando esconder un montón de material no apto para menores. Lo que más me preocupaban eran las fotos. Como se enterase de que le sacábamos fotos a traición sí que se iba a enfadar.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta del armario y descubrirnos, apareció nuestra salvadora. Sunset abrió de golpe la puerta de la sala, haciendo retroceder a Nathaniel. Nunca me había alegrado tanto de verla.

— Los alumnos no pueden entrar aquí — inició el delegado algo molesto por la intrusión.
— ¿Y tú qué eres? — “Sunset, si quieres aprender a ser borde, pregúntale a ella”.
— Yo soy el delegado principal. Estoy aquí para ordenar unos documentos — aquello parecía la guerra fría personificada. Nathaniel a un lado, emanando un aura azul y frente a él Sunset, con un aura naranja. Ambas chocaban entre sí, casi parecían saltar chispas.
—  Ah, ¿pero que es de verdad? Y yo que pensaba que te habías inventado el título — Sunset seguía con su sarcasmo habitual. Se notaba que disfrutaba haciendo rabiar a Nathaniel. — No, en serio, necesito este sitio.
— ¿Para qué? — el rubio frunció el ceño, contrariado.
— Con lo listo que eres haces unas preguntas muy tontas, ¿eh? Pues para qué va a ser, para liarme con Cast, por supuesto.  Este sitio es perfecto y nunca viene nadie. — mi querida amiga soltó aquello con tal naturalidad que casi parecía verdad. A mí no me afectó porque estaba acostumbrada pero mis compañeras se quedaron  petrificadas. Hasta Iruchi se quedó quieta.
— ¿QUÉ? ¿Cómo? — Nathaniel se había puesto rojo como un tomate, no sabía cómo reaccionar. “Los ukes son siempre tan lindos”
— No me vas a hacer que te explique el proceso, ¿no? Ha sido una agradable charla pero ahora, ¿un poco de intimidad? Gracias y adiós — aún sin poder articular palabra Nathaniel fue empujado fuera de la sala. Claro estaba que no iba a volver, estaba demasiado avergonzado.

Entonces mi amiga abrió la puerta del armario, dejándonos respirar de nuevo aire… Puro no, solo aire.
— ¡Sunset! ¡Nos has salvado! ¡Gracias! — le di unas palmaditas en la cabeza y ronroneó como un gatito. La verdad es que no sabía como lo hacía pero lo imitaba a la perfección.
— ¡Ah! ¿Pero estabais ahí? — me reí tontamente ante su comentario. Era una broma ¿no? Porque si lo decía de verdad… — ¿Eso son galletitas?
Se abalanzó sobre mi maleta semi-abierta y me arrebató las galletas que había hecho para el club. Acabábamos de perder las galletas. Y yo me había quedado sin harina para hacer más.
— Bueno, venga, iros vosotras también que viene Cast para acá — apropiándose totalmente de las galletas comenzó a jalar de mí para sacarme del armario, pero antes de que consiguiese su propósito alguien llamó a la puerta y volvió a empujarme junto al resto de las chicas dentro. Y, para asegurarse de que no salíamos, puso una silla en la puerta. Estaba a punto de darme un ataque de claustrofobia.
Para mejorar mi estado cardiaco, la cabeza del pelirrojo se asomó por la puerta. “Oh no, ¿Era cierto?” Empecé a palidecer, me faltaba el aire. Gemma y Kazu intentaban abanicarme, pero solo me agobiaba, más la verdad.

— ¿Tienes lo que te pedí? — comenzó el pelirrojo mirando de un lado a otro.
— Esto no te va a salir nada barato — Ante la respuesta de Sunset empecé a preocuparme aún más. Me sentí como si estuviese presenciando un tráfico de sustancias nocivas o algo así.
Por fortuna, lo que mi amiga entregó a Castiel fueron MIS galletas. El chico duro del instituto comiendo galletitas de chocolate con forma de estrella; qué valiosa información acababa de obtener.
— Cast, sabes que me debes ya dos noches de sexo desenfrenado, ¿no? —  Si Cast hubiese tenido alguna galleta en la boca la hubiese escupido sin lugar a dudas. La miró con una cara entre extrañado y sorprendido que fue realmente graciosa.
— Sí, sí… — sin hacer mucho caso, Castiel se fue de la sala, pero antes de salir miró a un lado y a otro para asegurarse de que no lo veía nadie.
Acto seguido, Sunset se largó también, olvidándose (quiero pensar que se olvidó) de la silla que aguantaba la puerta del armario. Aporreamos la puerta y gritamos incontables veces. Nada. Yo estaba cada vez peor necesitaba salir de ahí…
No preguntéis como, pero eché la puerta abajo. En serio, no podía más.

Un rato más tarde ya había conseguido relajarme. Agradecí enormemente que Tannya fuese a por algo de agua. Qué bien me sentó. Entre eso y el viejo sofá pude volver a mi estado normal.
Kim estuvo quejándose un rato mientras ayudaba a Iruchi a ponerse derecha. Me compadecí un poco cuando escuché su espalda crujir. Necesitábamos más sitio para escondernos.
Devolvimos cada cosa a su sitio y recuperamos nuestra base clandestina. En ese momento, regresaron Natilyn y Daliana.
— ¡Hola! Hemos vuelto — Natilyn entró primero, cargada con un montón de posters entre las manos.
— ¡Nat, ayúdame! ¿Por qué tengo que cargar yo con lo que más pesa? — Daliana, en cambio, entró con dificultad. Llevaba una gran caja que la hizo chocar varias veces contra el marco de la puerta.
— Venga, tampoco pesaba tanto  — aseguró Natilyn , sonriente, mientras dejaba los porters sobre la mesa. — ¡Mirad, chicas! ¡Han salido perfectos! — desplegó uno de los carteles y nos lo mostró.

Era un dibujo que habíamos hecho de Castiel acosando a Natheniel contra las taquillas y besándolo violentamente. Aquello fue como regresar al paraíso.
Formamos un corrillo alrededor de la mesa y hojeamos todos los poster. Eran tan, tan... (Censurables, para qué engañarnos) Más de una emitió un grito de fujoshi exaltada, e incluso comenzó a sangrar por la nariz.

— Eso no es nada, mirad esto. — Daliana había llegado a la mesa y comenzó a abrir la caja. — Os presento “The Awaken” el doujinshi creado por Nacu paro uso y disfrute del club. ¡Hay un tomo para cada una!
Le arrebaté el manga de las manos y comencé a girar sobre mi misma hasta caer en el sofá. Estaba tan feliz, nunca me imaginé que vería mi comic impreso. Aquello era sin duda el paraíso.


Epílogo~

A la mañana siguiente todo parecía normal; en cierto modo monótono, aburrido. Caminaba junto a Sunset, medio dormida. Me había costado mucho despertarme después de quedarme hasta las cuatro y media de la mañana leyendo mangas.

Cuando llegamos nos encontramos a Castiel en la puerta. Tenía la misma cara de muerto que nosotras. Como tres zombis nos fuimos a las taquillas a coger los libros. Un día más que empezaba con las maravillosas clases de inglés. “¡Qué coñazo!” No por las clases, sino por el profesor. No lo aguantaba.

Pero mi día mejoró cuando Castiel abrió su taquilla y una pila de bolsas de galletas lo atacaron.
El pelirrojo se quedó estupefacto. Su cara reflejaba una mezcla entre vergüenza e ira que hizo que no pudiésemos aguantar la risa y acabásemos riéndonos en sus narices.
Cerró la puerta de la taquilla de un portazo y se largó sin ir a clases, dejando todo regado por el suelo.

Sunset y yo, aún riéndonos, entramos en clase. Eso sí que era empezar la mañana con energía.
Al salir todas las galletas habían desaparecido. Mi amiga y yo nos miramos con una sonrisa pícara. Seguro que el pelirrojo había vuelto a por las galletas cuando nadie lo veía.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Aww, qué pena que se suponga que es un doujinshi **decepción**. Bueno, espero que haya un Anexo II que lo arregle :D Quién sabe, ¿Nat celoso de Sunset? xD
Jajajaja :3 Por lo menos eso explica lo de la katana&dinamita por la calle... xD

Que sepas que colgar este anexo NO te excusa para subir PRONTO (alias YA) el 7 B! ... Yo también quiero mi tomo de "The Awaken" :D!

Unknown dijo...

Para que diria yo nada de un doujinshi xDDD (nada tendré que dibujarlo XDD)
Es coña, no soy capaz de dibujar un comic u__u

Sii, voy a hacer a Nath un poco neurótico... le pega veviendo tanto café xD

O-O hai!!! Los anexos no interrumpirán las historia!! >-< lo prometo xD

Gemma de la Casa Lannister dijo...

xDD Pez castrado, muy bueno xDD
xDDDDDD Lo del armario ha sido mi muerte xDDDDDDD Tiene que ser un armario ENORME, ¿no? xD Y tú ahí, ¿que querías, todo el armario para ti mientras nosotras morimos ahogadas? Egoísta ¬¬
Si hubiésemos sido yo y mis amigas, nos hubiésemos reído sólo por el hecho de no poder hacerlo -.-' El silencio nos provoca risa tonta xDD
Hummmm... "Noticia de última hora: Todas las pastelerías de la ciudad han sido saqueadas de galletas, no dejando ni una. Hay rumores de que se vio una cabellera pelirroja, pero la búsqueda de la policía sigue incansable" *.*
Estoy mal de la cabeza, y a mucha honra xDD

Unknown dijo...

Soy claustofóbica, tengo excusa : D
xDDD
jajajaja a mí me pasa igual, basta para que digan "silencio" para que empiece a reirme lol xDD
LOL Ya sabemos quien a asaltado la taquilla del mosquito pelirrojo!!!!!
Te sabes la convinación?? *^*
Ya somos dos, be crazy, be happy xD

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.